martes, octubre 31, 2006

La Ultima Derrota


Hacia unas cuantas horas que estaba alli. Perdiendome entre suspiros, mojado, con la piel dolorida por los golpes. Hacia rato que habia desistido de llamar la atencion, alli recogido entre los arbustos, nadie me oia.

Apenas un par de horas atras iba de un sitio a otro, aclamado, sobre la hierba humeda. Ahora yacia olvidado, unos cuantos me buscaron, creyendo saber donde estaba. A pesar de mis esfuerzos no me encontraron.

Hace poco habia llegado a la ciudad. Pronto encontre otros compañeros como yo, no puedo decir que fueramos amigos, pero casi. Al fin y al cabo todos luchabamos por hacer lo mejor posible nuestro trabajo, eso crea roces y a veces enemistades. El trabajo era duro, la competencia mas. Cada día debias destacar para poder ser el protagonista, aunque la mayoria de las veces era el azar el que daba la oportunidad de lucirse. El azar, y un minucioso examen al que eramos sometidos cada domingo antes del partido, solo los mas preparados podiamos lucir el palmito en cada encuentro.

Sentia rabia por la situación en la que estaba, esa semana se jugaba contra un rival de primera fila. Daba gusto jugar con ellos. Ese equipo siempre esta arriba, tiene jugadores que valen millones y nos miman, sentirles al lado, su roce, acariciar su piel, ¡¡como nos tocan!!. No como esos tuercebotas que aparecen por aqui demasiado a menudo, incluso alguno de mi propios equipo, te tratan a patadas, te golpean y te maltratan. Estos de hoy hay momentos que te cojen delicadamente y te besan. En esos momentos se me va la cabeza, giro como una peonza, describo una parabola y vuelo por los aires, ¡¡¡ es el extasis!!!.

El equipo al que pertenezco no es de la elite, de esos que nos miman y acarician. A pesar de que a veces les maldigo uno les ha cojido cariño y cada partido que juego intento ayudar, uno tiene su corazoncito y son muchas horas las que pasamos juntos. Aunque demasiados sean unos tuercebotas. Deberia ser imparcial, pero en estos partidos es cuando mas me apetece ayudar, pero no puedo. Intento corregir mi trayectoria para irme con uno de los mios, mi honestidad me lo impide.

Nadie habla de mi en los medios si no es de pasada y para calificar alguna accion sucedida en el transcurso del evento. A pesar de todo soy el unico imprescindible, el mas importante, al que todo el mundo mira durante noventa minutos si darse cuenta de que estoy alli, de que sin mi todo eso no existiria.

Por eso me da rabia la situación en la que estoy. Solo habian transcurrido dieciocho minutos de mi primer partido oficial, y un imbecil me ha pateado sacandome del campo. Ahora estoy aqui a oscuras en medio de un pastizal congelandome debajo de un arbusto, desinchandome. Si alguien no me encuentra antes del amanecer quedare hecho un guiñapo de cuero con pentagonos negros, descosido, olvidado.
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