Campeones del Mundo, ¿y el futbol?
El fin de semana pasado la selección española de baloncesto se proclamo campeona del mundo. Otros triunfos parecidos se han obtenido en deportes de equipo como el hockey hierba y sobre patines, waterpolo, futbol sala y no digamos a nivel individual en deportes como automovilismo, tenis, gimnasia, atletismo…..
España es una potencia internacional en el futbol de equipo, pero a nivel de selección solo ha conseguido un campeonato de Europa a principios de los sesenta, una medalla de oro en la Olimpiada de Barcelona y una final de Eurocopa que se perdió ante Francia en los ochenta. El baloncesto español no es que haya salido triunfador en todas las competiciones que ha participado, pero si ha logrado mas títulos internacionales que la de futbol, y excepto honrosas excepciones la imagen dada ha sido más positiva que la de futbol.
Es imposible saber cual es el motivo por que la selección de futbol se queda dos pasos antes de un titulo que la coloque en el mismo nivel que están los equipos que juegan las competiciones internacionales. Teorías sobre estos “fracasos” hay miles y cada medio da la suya propia. Unos dicen que la liga española esta plagada de extranjeros. En la competición nacional de baloncesto hay equipos que salen con un cinco españoles. Se habla de la presión que sufre un futbolista que no le permiten rendir al cien por cien, aunque sea un tópico, mas presión sufre cualquier trabajador que tenga una familia que alimentar.
El baloncesto y el futbol solo se parecen en una cosa, son deportes de equipo. Reglas, asistencia a partidos, seguimiento mediático, pasiones, etc… no tiene punto de comparación. La gran diferencia es que el baloncesto es un deporte en el que el sentimiento de equipo esta por encima de todo. Un niño que se inclina por el baloncesto se le inculca, desde que empieza a botar el balón, que el no es nada si no se apoya en el equipo, se fomenta el concepto de grupo. El compañerismo es algo innato en este deporte. A mi me ha parecido siempre este deporte mas “intelectual” que cualquier otro. Es muy habitual ver jugadores de baloncesto retirados que ejercen de médicos, abogados, dirigen entidades financieras u otras profesiones para las cuales han debido obtener un titulo universitario que han estudiado durante sus años en activo. El jugador de baloncesto de élite entrena más horas diarias que cualquier jugador de futbol, juega mas partidos, a veces tres por semana, hace los mismos kilómetros en desplazamientos, y eso no le impide formarse. En baloncesto hay que trabajar mil veces más que en futbol para llegar a ser un buen jugador. Para aprender el “oficio” hay que tener aptitudes, pero se puede aprender a base de entrenar y pasarse horas en el “parquet”, esto exige un sacrificio que solo se hace si se esta a gusto y hay un buen ambiente . Esto crea un equipo, se necesitan unos a otros. “Cualquiera” con ciertas características puede ser un magnifico tirador de tres, a base de entrenar y pasarse horas tirando a canasta y con un buen entrenador al lado que le vaya corrigiendo saltos, posiciones del cuerpo, manos y brazos, es solo cuestión de tiempo… y sacrificio. En este deporte no existe el regate, aquí se finta. Se intenta engañar al contrario haciendole creer que se va a hacer algo que no se tiene pensado hacer, hay que usar la inteligencia para descubrir los puntos débiles de contrario. El pase es imposible si no hay una coordinación de movimientos del resto de equipo que permita dejar a un jugador franco para recibir el balón. Juego de equipo. El baloncesto es un deporte muy “metódico”, el estudio del contrario es minucioso por parte del cuerpo técnico para poder transmitir a los jugadores una serie normas y movimientos de equipo muy precisos en función del desarrollo del partido. El técnico tiene un peso muy importante en el desarrollo del juego, de el depende la lectura del partido y transmitir esas ordenes concretas a los jugadores antes y en el transcurso del partido. Si un entrenador no sabe decidir en momento crucial del partido, este se pierde generalmente.
Un futbolista entrena, como mucho, un par de horas al día (y no todos). Además de aptitudes, para ser un buen futbolista, hay que tener unas cualidades innatas para destacar. Por muchas aptitudes que se tengan, una “bicicleta”, una “rabona”, una “cola de vaca”…. no se atreven a hacerlas todos los jugadores por mucho que entrenen. Lo lograrían si dedicaran las mismas horas que el baloncestista a entrenar los tiros de tres…. tuvieran un entrenador que les indicara como hacerlas, y les corrigiera. En el futbol eso no es importante, o se nace con ese don o no se hace, un entrenador no va a perder el tiempo en enseñar eso. No es fundamental para el juego. A diferencia del baloncesto que permite aprender a base de trabajo, el futbol no se “aprende”. Para ser un buen futbolista hay que tener cualidades innatas que luego se pueden perfeccionar, pero es necesario tener esas “cualidades” para la práctica de este deporte. Simplificando se podría decir que un futbolista nace y un baloncestista se hace.
Los métodos de entrenamiento son mas exhaustivos en el baloncesto, el contacto durante más horas entre los jugadores y esa filosofía a que me refería antes sobre la mayor “intelectualidad” del baloncesto, que se resume en saber que tras la practica profesional del hay otra la vida. El futbolista cuando termina su carrera deportiva, salvo honrosas excepciones, o secambia las botas por banquillo, o pasa a ser uno más en la vida “civil”. Se me podría rebatir diciendo que un futbolista tiene la vida resuelta al final de su carrera. Efectivamente, si es un jugador puntero de un equipo de renombre, pero de los 440 jugadores que hay inscritos en la primera división española, muy pocos tienen la vida solucionada al finalizar su carrera deportiva. La gran mayoría suelen diluirse en el anonimato de unos trabajos renumerados que le permiten vivir como otro mortal más dejando atrás una vida llena de facilidades. Son muy pocos los que tienen la vida resuelta, los llamados “cracks”, que cobran cantidades exorbitantes y que cuentan con contratos publicitarios que duplican y triplican las fichas de sus equipos.
Para que un equipo funcione no son necesarios grandísimos jugadores. Lo fundamental es crear un ambiente de equipo. En todo vestuario tiene que haber un lider. Este debe ser una persona capaz de fomentar ese espíritu de equipo, crear el ambiente de complicidad, marcar objetivos, implicar al entorno más inmediato. Si a esto le añadimos un entrenador que sea capaz, no solo de dar las pautas para el partido siguiente, si no de fomentar todo lo anterior el éxito esta garantizado, independientemente de los nombres de los jugadores. Ese ha sido entre otros el logro de la selección española de baloncesto, un entrenador que con la complicidad, buscada o no, de una figura de la NBA, la predisposición del resto de jugadores y con unos objetivos claros y definidos han conseguido ser campeones del mundo. Este es un trabajo que no se realiza en un mes. Es un trabajo que durante años se ha ido realizando de una manera callada. Cualquier nuevo jugador que ha entrado en el grupo se ha encontrado en un ambiente en el que ha sabido cual es su misión, su lugar y sus obligaciones.
En el futbol todo eso es más difícil de lograr. La masa social exige títulos, la repercusión mediática de un futbolista es mayor, la inversión de capital roza lo indecente, y los jugadores son tratados como dioses. Las directivas si el equipo no funciona se ponen nerviosas y deshacen el equipo a media temporada cambiando de entrenador. Las directivas no se atreven a planificar un equipo que de resultados a un plazo, impera la inmdiatez. Si todo va bien y el equipo consigue los objetivos todo es una balsa de aceite, si no se generan unas tormentas que son capaces de derrumbar al árbol mas enraizado.
Tenemos ejemplos claros de esa complicidad y buena planificación en el entorno cercano del equipo en la liga pasada: Sevilla, Getafe, Barcelona, Villarreal…. Otros gastan cantidades ingentes de dinero sin pensar buscando resultados inmediatos y suelen fracasar estrepitosamente: R. Madrid, Deportivo, Betis, At. De Madrid….
Un consejo, si te quieres divertir viendo futbol, acercaros a ver futbol regional…. De esto hablaremos otro día que no es oro todo lo que reluce.
España es una potencia internacional en el futbol de equipo, pero a nivel de selección solo ha conseguido un campeonato de Europa a principios de los sesenta, una medalla de oro en la Olimpiada de Barcelona y una final de Eurocopa que se perdió ante Francia en los ochenta. El baloncesto español no es que haya salido triunfador en todas las competiciones que ha participado, pero si ha logrado mas títulos internacionales que la de futbol, y excepto honrosas excepciones la imagen dada ha sido más positiva que la de futbol.
Es imposible saber cual es el motivo por que la selección de futbol se queda dos pasos antes de un titulo que la coloque en el mismo nivel que están los equipos que juegan las competiciones internacionales. Teorías sobre estos “fracasos” hay miles y cada medio da la suya propia. Unos dicen que la liga española esta plagada de extranjeros. En la competición nacional de baloncesto hay equipos que salen con un cinco españoles. Se habla de la presión que sufre un futbolista que no le permiten rendir al cien por cien, aunque sea un tópico, mas presión sufre cualquier trabajador que tenga una familia que alimentar.
El baloncesto y el futbol solo se parecen en una cosa, son deportes de equipo. Reglas, asistencia a partidos, seguimiento mediático, pasiones, etc… no tiene punto de comparación. La gran diferencia es que el baloncesto es un deporte en el que el sentimiento de equipo esta por encima de todo. Un niño que se inclina por el baloncesto se le inculca, desde que empieza a botar el balón, que el no es nada si no se apoya en el equipo, se fomenta el concepto de grupo. El compañerismo es algo innato en este deporte. A mi me ha parecido siempre este deporte mas “intelectual” que cualquier otro. Es muy habitual ver jugadores de baloncesto retirados que ejercen de médicos, abogados, dirigen entidades financieras u otras profesiones para las cuales han debido obtener un titulo universitario que han estudiado durante sus años en activo. El jugador de baloncesto de élite entrena más horas diarias que cualquier jugador de futbol, juega mas partidos, a veces tres por semana, hace los mismos kilómetros en desplazamientos, y eso no le impide formarse. En baloncesto hay que trabajar mil veces más que en futbol para llegar a ser un buen jugador. Para aprender el “oficio” hay que tener aptitudes, pero se puede aprender a base de entrenar y pasarse horas en el “parquet”, esto exige un sacrificio que solo se hace si se esta a gusto y hay un buen ambiente . Esto crea un equipo, se necesitan unos a otros. “Cualquiera” con ciertas características puede ser un magnifico tirador de tres, a base de entrenar y pasarse horas tirando a canasta y con un buen entrenador al lado que le vaya corrigiendo saltos, posiciones del cuerpo, manos y brazos, es solo cuestión de tiempo… y sacrificio. En este deporte no existe el regate, aquí se finta. Se intenta engañar al contrario haciendole creer que se va a hacer algo que no se tiene pensado hacer, hay que usar la inteligencia para descubrir los puntos débiles de contrario. El pase es imposible si no hay una coordinación de movimientos del resto de equipo que permita dejar a un jugador franco para recibir el balón. Juego de equipo. El baloncesto es un deporte muy “metódico”, el estudio del contrario es minucioso por parte del cuerpo técnico para poder transmitir a los jugadores una serie normas y movimientos de equipo muy precisos en función del desarrollo del partido. El técnico tiene un peso muy importante en el desarrollo del juego, de el depende la lectura del partido y transmitir esas ordenes concretas a los jugadores antes y en el transcurso del partido. Si un entrenador no sabe decidir en momento crucial del partido, este se pierde generalmente.
Un futbolista entrena, como mucho, un par de horas al día (y no todos). Además de aptitudes, para ser un buen futbolista, hay que tener unas cualidades innatas para destacar. Por muchas aptitudes que se tengan, una “bicicleta”, una “rabona”, una “cola de vaca”…. no se atreven a hacerlas todos los jugadores por mucho que entrenen. Lo lograrían si dedicaran las mismas horas que el baloncestista a entrenar los tiros de tres…. tuvieran un entrenador que les indicara como hacerlas, y les corrigiera. En el futbol eso no es importante, o se nace con ese don o no se hace, un entrenador no va a perder el tiempo en enseñar eso. No es fundamental para el juego. A diferencia del baloncesto que permite aprender a base de trabajo, el futbol no se “aprende”. Para ser un buen futbolista hay que tener cualidades innatas que luego se pueden perfeccionar, pero es necesario tener esas “cualidades” para la práctica de este deporte. Simplificando se podría decir que un futbolista nace y un baloncestista se hace.
Los métodos de entrenamiento son mas exhaustivos en el baloncesto, el contacto durante más horas entre los jugadores y esa filosofía a que me refería antes sobre la mayor “intelectualidad” del baloncesto, que se resume en saber que tras la practica profesional del hay otra la vida. El futbolista cuando termina su carrera deportiva, salvo honrosas excepciones, o secambia las botas por banquillo, o pasa a ser uno más en la vida “civil”. Se me podría rebatir diciendo que un futbolista tiene la vida resuelta al final de su carrera. Efectivamente, si es un jugador puntero de un equipo de renombre, pero de los 440 jugadores que hay inscritos en la primera división española, muy pocos tienen la vida solucionada al finalizar su carrera deportiva. La gran mayoría suelen diluirse en el anonimato de unos trabajos renumerados que le permiten vivir como otro mortal más dejando atrás una vida llena de facilidades. Son muy pocos los que tienen la vida resuelta, los llamados “cracks”, que cobran cantidades exorbitantes y que cuentan con contratos publicitarios que duplican y triplican las fichas de sus equipos.
Para que un equipo funcione no son necesarios grandísimos jugadores. Lo fundamental es crear un ambiente de equipo. En todo vestuario tiene que haber un lider. Este debe ser una persona capaz de fomentar ese espíritu de equipo, crear el ambiente de complicidad, marcar objetivos, implicar al entorno más inmediato. Si a esto le añadimos un entrenador que sea capaz, no solo de dar las pautas para el partido siguiente, si no de fomentar todo lo anterior el éxito esta garantizado, independientemente de los nombres de los jugadores. Ese ha sido entre otros el logro de la selección española de baloncesto, un entrenador que con la complicidad, buscada o no, de una figura de la NBA, la predisposición del resto de jugadores y con unos objetivos claros y definidos han conseguido ser campeones del mundo. Este es un trabajo que no se realiza en un mes. Es un trabajo que durante años se ha ido realizando de una manera callada. Cualquier nuevo jugador que ha entrado en el grupo se ha encontrado en un ambiente en el que ha sabido cual es su misión, su lugar y sus obligaciones.
En el futbol todo eso es más difícil de lograr. La masa social exige títulos, la repercusión mediática de un futbolista es mayor, la inversión de capital roza lo indecente, y los jugadores son tratados como dioses. Las directivas si el equipo no funciona se ponen nerviosas y deshacen el equipo a media temporada cambiando de entrenador. Las directivas no se atreven a planificar un equipo que de resultados a un plazo, impera la inmdiatez. Si todo va bien y el equipo consigue los objetivos todo es una balsa de aceite, si no se generan unas tormentas que son capaces de derrumbar al árbol mas enraizado.
Tenemos ejemplos claros de esa complicidad y buena planificación en el entorno cercano del equipo en la liga pasada: Sevilla, Getafe, Barcelona, Villarreal…. Otros gastan cantidades ingentes de dinero sin pensar buscando resultados inmediatos y suelen fracasar estrepitosamente: R. Madrid, Deportivo, Betis, At. De Madrid….
Un consejo, si te quieres divertir viendo futbol, acercaros a ver futbol regional…. De esto hablaremos otro día que no es oro todo lo que reluce.